Señor,
la importancia de conocerme a mí mism@, es clave. Si no me conozco
yo, no se lo que quiero en la vida, no sé que deseo, no sé hacia donde ir. Antes que nada debo saber quién soy yo, qué me gusta, qué no me gusta, qué me gusta, qué me enfada...
¿Si
no me conozco yo, cómo trato de conocer a los demás? Esta es la
razón por la cual muchas veces no entiendo a los demás, porque ni
yo misma me entiendo ni a mi. ¿Cómo pretendo
entender, aceptar y llevarme bien con los demás si ni conmigo misma
me llevo bien? Quizá por eso soy criticona, no me doy cuenta que muchas
veces lo que veo en otros es lo mismo que tengo yo.
Padre,
por favor, enséñame a conocerme, muéstrame todo lo bueno que
tengo, aprendiendo a verme lo bueno, también aprenderé a verme lo
malo y empezaré a aceptarme, porque soy un paquete lleno de virtudes
y cualidades, pero también de defectos que debo arreglar en mí,
pero cuando alcanzo a verme la magnitud de cosas buenas que tengo
trabajaré con mas gusto en quitarme las cosas malas, que tanto me
afean.
Empecemos
hoy esta labor, Señor, estoy dispuest@, a trabajar en mí, para
después poder ayudar a otros en la misma tarea. Y aprender que todas
las personas tienen muchas cosas buenas. Un ciego no puede guiar a otro ciego, esto quiere decir que
si yo estoy mal, no puedo guiar ni ayudar a nadie. Así que por favor
ayúdame, para que después yo pueda ayudar a alguien más a
conocerse.
En
el nombre de Jesús te lo pido, Señor.