"Marcelino
era enemigo declarado de los perezosos. Se levantaba muy de mañana. Después de
misa nunca perdía el tiempo inútilmente. Le gustaban mucho los trabajos
manuales. Nunca descansaba. Hacía siempre los trabajos más duros y peligrosos.
Fue él quien hizo casi todo en La Valla; nosotros hacíamos alguna cosa, pero como
no habíamos sido formados para obras de construcción, nos equivocábamos a cada
paso y teníamos que rehacer grandes piedras, siempre era él quien las
transportaba. Hacían flata dos o tres Hermanos para colocárselas en los
hombros. Nunca se enfadaba por nuestra torpeza. Cierto que estabamos llenos de
buena voluntad, pero éramos torpes, sobre todo yo. Le vi muchas veces trabajar
bajo la lluvia y la
nieve. Dejábamos el trabajo y él
continuaba..."(Testimonio del H.Lorenzo)