(Continuación del evangelio leído ayer)
Realmente
se merecía el reproche de Marta: "Si
hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano..." Marta no hace
más que sumarse a la multitud de los que a lo largo de los siglos habían
protestado, clamado y hasta casi insultado a un Dios acusado de impuntual. Pero
Jesús es contundente y nunca aclara los cuándos de Dios: ¡Estad en vela! Dejad
que sea Otro quien mida vuestros tiempos, ritmos y compases. Recordad que él
llega a tiempo pero a su tiempo, no al vuestro, y tendréis que ser pacientes y
convertir vuestra prisa en espera y vuestra impaciencia en vigilancia.

Atreveos
a jugar con él el juego de sus retrasos y de sus des-tiempos, apostad fuerte
por Él y cambiará vuestra vida, como la de Lázaro… Quizás ya lo hayas
experimentado en ti, o en los que tienes cerca: Jesús transforma, toca la vida
y hace que la gente sea capaz de salir a bailar: de darlo todo, de estar alegres y sonriendo,
de acoger a los demás, e incluso desde vivir cosas iNútiles(ir a misa,
participar en una campaña colegial, o incluso hacer esta oración). Lázaro sale
al escenario de nuevo y se lanza a vivir, a bailar. Tu vida puede ser ese
escenario al que salir a bailar si vives con pasión, desde la vocación, con
entusiasmo nuevo en cada acontecimiento y cada día. ¿Te atreves a jugártela?