Señor y Dios nuestro, tú llenas cielo y
tierra con tu Espíritu y nos permites compartir de tus bondades. Te
damos gracias por todo lo que nos has dado, por todo lo que nos estás
dando y nos darás. Todos los humanos somos
pobres y necesitados, a pesar de nuestros esfuerzos, anhelos y búsqueda.
Sólo tú, por medio de tu Espíritu, puedes encender algo en nosotros que
nos ayude a seguir hacia tu objetivo.
Cuídanos de quedar atrapados en
lo mundano. Cada uno de
nosotros ha recibido ayuda más allá de lo que habíamos esperado o
imaginado. ¡Tanto has hecho por nosotros! ¡Tanto estás haciendo por las
naciones! Sí, te damos gracias por la época actual. A pesar de que
nuestras vidas a menudo se manifiestan sin esperanza y llenas de dolor,
tus poderes siguen viviendo entre los hombres, trabajando para nuestro
bien y abriéndonos las puertas a una nueva vida.