HISTORIA PARA PENSAR
El paquete de galletas
El paquete de galletas
A una señora que viajaba en tren, le informaron de que su tren se retrasaría aproximadamente una hora. Un poco fastidiada, se compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el rato de espera. Buscó un banco y se sentó. Un joven senegalés se sentó a su lado y comenzó a leer un diario.
De pronto, el joven sin decir una sola palabra, estiró la mano, abrió las galletas y comenzó a comer. La señora se molestó un poco; no quería ser grosera pero tampoco hacer como si nada hubiera pasado. Así que, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió mirando fijamente al joven. El joven tomó otra galleta y, mirando a la señora a los ojos y sonriendo, se la llevó a la boca.
La señora estaba cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, ella se dio cuenta de que sólo quedaba una galleta, y pensó: “No podrá ser tan caradura” mientras miraba alternativamente al joven y al paquete. Con mucha calma el joven alargó la mano, tomó la galleta y la partió en dos. Con un gesto amable, le ofreció la mitad a su compañera de banco. -¡Gracias! -dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta. -De nada -contestó el joven sonriendo, mientras comía su mitad. Entonces el tren anunció su partida. La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón.
Desde la ventanilla, vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó: “¡Qué insolente y mal educado! ¡Qué será de nuestro mundo!” En eso que abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó estupefacta cuando encontró allí su paquete de galletas.