Una de las aportaciones más valiosas de la fe cristiana a los hombres y
mujeres actuales es, quizás, el ayudarles a vivir con un sentido más
humano en medio de una sociedad enferma de neurosis de posesión. Por eso
cobra especial relieve la invitación de este evangelio a valorar a las
personas desde su capacidad de servicio y solidaridad. Jesús sabía bien
que la escasa limosna de aquella mujer tenía un valor extraordinario. El
elogio que Jesús hace de ella se puede hacer extensivo a tantas mujeres
de hoy, y de todos los tiempos, que calladamente lo dan todo por los
demás. Se merecen la máxima admiración y gratitud.
Finalizamos nuestra oración rezando:
Padre Nuestro...
San Marcelino Champagnat, ruega por nosotros.
Mare de Déu de la Salut, ruega por nosotros.
San Marcelino Champagnat, ruega por nosotros.
Mare de Déu de la Salut, ruega por nosotros.