Hoy, miércoles 29 de enero, vamos a disfrutar de un día especial: la jornada vocacional. Cada uno de los cursos del colegio vamos a realizar una serie de actividades diferentes de la rutina diaria. Éstas nos van a a permitir detenernos para reflexionar y encontrarnos con nosotros mismos. Tras éste mirar hacia dentro será más fácil seguir con nuestra labor mañana.
Cuando nacemos, nuestro
sistema motor está en desarrollo constante y nuestro cuerpo está en continuo
movimiento, no deja de brincar. Uno de los gestos que necesita
experimentar un niño y que busca incansablemente es el saltar, es el placer que se
siente al saltar. Lógicamente sin saber los riesgos que conlleva saltar, pero
para eso están nuestros padres, para guiarnos y ayudarnos. Vamos creciendo y
con la ayuda de la familia, de los profesores, de los catequistas, de los
entrenadores, … empezamos a ser conscientes de todo eso y empezamos a vivir
diferentes experiencias en las que nos planteamos si debemos saltar o si merece
la pena saltar.
La vida está llena de esos
momentos donde me tendré que parar y decidir si salto o si no salto, pero
también habrá situaciones donde tendré que “saltar” sea como sea, eso es lo que
tengo que hacer.
Podemos afirmar también que el crecimiento y
descubrir vocacional es algo continuo, que no cesa, sin importar la edad. Sin
embargo, también sabemos que nuestra vocación necesita de determinados momentos
de discernimiento, de opción, de decisión, que acompañados por el Espíritu nos
lleven a “saltar” (JUMP). Son momentos, en
los que, por la edad, curso escolar, momento vital o por llamadas fuertes que
sentimos en nuestro interior, nos podemos plantear un determinado salto.
A pesar de entender que la vocación necesita de determinados saltos, sabemos, como ya hemos dicho, que es un proceso continuo que no podemos olvidar, al que siempre hemos de estar atentos, que envuelve toda nuestra vida y nos hace "caminar" (WALK) recogiendo experiencias y aprendizajes a través de todo aquello que vivimos, junto a todas las personas que nos rodean, muchas de las cuales acompañan especialmente este caminar (familia, educadores, catequistas, …)
En muchos momentos, las personas nos pasamos buenos ratos soñando despiertos, y es que somos seres necesitados de sueños, de esperanzas, de proyectos. Nuestra vocación también la construimos sobre nuestros “sueños” (DREAM) y la capacidad de descubrir que esos sueños coinciden con el sueño que Dios tiene acerca de mi vocación. Siendo consciente de esos sueños será mucho más fácil encontrar la valentía y la confianza para saltar. Saltamos sobre esos sueños que no son caprichos, que no son deseos, sino esperanzas descubiertas en lo más profundo de nosotros, allí donde habita Dios
A pesar de entender que la vocación necesita de determinados saltos, sabemos, como ya hemos dicho, que es un proceso continuo que no podemos olvidar, al que siempre hemos de estar atentos, que envuelve toda nuestra vida y nos hace "caminar" (WALK) recogiendo experiencias y aprendizajes a través de todo aquello que vivimos, junto a todas las personas que nos rodean, muchas de las cuales acompañan especialmente este caminar (familia, educadores, catequistas, …)
En muchos momentos, las personas nos pasamos buenos ratos soñando despiertos, y es que somos seres necesitados de sueños, de esperanzas, de proyectos. Nuestra vocación también la construimos sobre nuestros “sueños” (DREAM) y la capacidad de descubrir que esos sueños coinciden con el sueño que Dios tiene acerca de mi vocación. Siendo consciente de esos sueños será mucho más fácil encontrar la valentía y la confianza para saltar. Saltamos sobre esos sueños que no son caprichos, que no son deseos, sino esperanzas descubiertas en lo más profundo de nosotros, allí donde habita Dios
Ahora leemos la siguiente oración. Cada fila de la clase leerá un párrafo a modo de coro
Señor,
como tú quieras, debe sucederme,
y como tú quieras, así quiero caminar,
ayúdame sólo a comprender tu voluntad.
Señor,
cuando tú quieras, entonces es el
momento,
y cuando tú quieras, estoy preparado,
hoy y en toda la eternidad.
Señor,
lo que tú quieras, eso lo acepto,
y lo que tú quieras, es para mí ganancia,
basta con que yo sea tuyo.
Señor,
porque tú lo quieres, por eso es bueno,
y porque tú lo quieres, por eso tengo
valor,
mi corazón descansa en tus manos.
Confiemos en que Dios nos ilumine en este día para sacar el máximo provecho de las actividades programadas.
Rezamos juntos el Padre Nuestro