martes, 17 de junio de 2014

Los primeros asientos

En una instrucción sobre el Evangelio de la fiesta de Santiago, un Hermano, a quien Nuestro Padre había interrogado, manifestó su extrañeza por la petición de la madre de los hijos del Zebedeo, que pedía el primer puesto en el Nuevo Reino para sus dos hijos. (Mt 20, 20-28) A esto, Nuestro Padre contestó:
“El amor materno obliga a decir muchas cosas que debemos excusar, aunque no nos parezcan muy discretas. Juzgas muy ambiciosa a esa mujer y yo, debo confesarte que lo soy mucho más y pido diariamente tres primeros puestos para todos los Hermanos.
- ¿Sabéis cuáles son los tres primeros puestos que solicito?:
El primer puesto ante el Pesebre de Belén.
El primer puesto ante el Calvario.
Y el primer puesto ante el Altar.
Amar la humildad, la modestia, la sencillez, porque estas virtudes obtienen los primeros puestos ante el establo de Belén.
Desear la cruz, los padecimientos, porque se ganan los primeros puestos ante el Calvario.
Ser muy asiduos a la Santa Misa, a la Comunión, a las visitas y adoración al Santísimo con que se adquiere el primer puesto ante el Altar.
Deseo que los Hermanos Maristas sean los constantes familiares de Jesús recién nacido, de Jesús crucificado y de Jesús inmolado en el Altar”.