martes, 14 de octubre de 2014

Dios perdona

Tengo sed de ti.
Nunca debes dudar de mi misericordia,
De mi deseo de perdonarte,
De mi mi anhelo por bendecirte
y vivir mi vida en tí,
y de que te acepto
sin importar lo que hayas hecho.

Tengo sed de ti.
Si te sientes de poco valor
A los ojos del mundo,
No importa. No hay nadie
que me interese más en todo el mundo que tú.
Tengo sed de ti. Ábrete a mi vida, ven a mí,

Ten sed de mí, dame tu vida.
Pídeme todos los días que entre
Y que me encargue de tu vida
Y lo haré.
Te prometo ante mi Padre en el Cielo
Que haré milagros en tu vida.
Lo único que te pido*
Es que confíes en mí.
Yo haré todo lo demás.

Cuando abras las puertas
De tu corazón
Y te acerques lo suficiente,
Entonces me oirás decir
Una y otra vez,
No en meras palabras,
Sino en espíritu:
No importa
Qué es lo que hayas hecho;
Te amo por ti mismo.
Ven a mí
con tu miseria y tus pecados,
con tus problemas y necesidades,
y con todo tu deseo de ser amado.
Estoy en la puerta de tu corazón
Y llamo… ábreme,
Porque tengo sed de ti.