Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por
salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad
de aferrarse a las propias seguridades (Evangelii Gaudium 49)
Queremos ser continuadores del sueño de Marcelino: hombres y
mujeres de Dios, profetas de la fraternidad en un mundo deshumanizado en
búsqueda de sentido y sediento de Dios. Nos sentimos llamados a responder, como
hermanos y hermanas, siendo presencia de este amor y rostro materno de Dios (Del
Vigésimo Capítulo General de los Maristas)
Espero que todas las comunidades procuren poner los medios
necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera,
que no puede dejar las cosas como están. Ya no nos sirve una “simple
administración” . Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un “estado
permanente de misión” (Evangelii Gaudium 25)