Tras el evangelio que leímos ayer...
Cuánto nos cuesta anteponer nuestras apetencias, necesidades
y caprichos a los de los demás.
Nos amamos tanto a nosotros mismos que no somos capaces de
ver qué necesidades tienen las personas que están a nuestro lado y en lugar de ser portadores de vida, de
alegría de bienestar somos portadores de zancadillas, empujones, malas palabras
y de sufrimiento para los demás.
Pero Jesús es claro en su mensaje… si quieres estar conmigo,
nos dice,… no te mires tanto al ombligo… renuncia a vivir pendiente de ti y
aprende a vivir mirando y escuchando a los demás, sólo así serás capaz de vivir
¿Cómo andas tú de mirarte a ti y a los demás?