viernes, 6 de noviembre de 2015


HISTORIA PARA PENSAR
Un hombre era perseguido por varios malhechores que querían matarlo, pero él se metió en una cueva. Los bandidos empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba. Con tal desesperación, el hombre elevó una plegaria a Dios: " Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".
En ese momento escuchó a los hombres acercándose a su cueva y vio que apareció una arañita, que empezó a tejer una telaraña en la entrada.  El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado: “Señor te pedí angeles, no una araña. Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".
Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observo a la arañita tejiendo la telaraña.  El hombre cada vez los oía más cerca y este quedó esperando su muerte. Cuando estuvieron frente a la cueva, ya la arañita había tapado toda la entrada. Entonces escuchó esta conversación:
- Vamos, entremos a esta cueva.
- No. ¿No ves que hasta hay telarañas? Nadie ha entrado en esta cueva. Sigamos buscando en las demás cuevas.

REFLEXIÓN

Pedimos cosas que son lo que necesitamos pero, Dios nos da aquellas con las cuales nos muestra que con cosas muy sencillas, ÉL puede hacer mucho más. A veces pedimos muros para estar seguros, pero no tendría ningún mérito, pues tendríamos la certeza de que estamos protegidos; Dios, sin embargo, nos pide que confiemos en Él. Si le pides a Dios un árbol, te lo dará, en forma de semilla.

Por eso, todos juntos rezamos: PADRE NUESTRO...