martes, 12 de abril de 2016

Es tan importante la palabra como los gestos  para seguir a Jesús. Cuando ÉL nos dice: «sígueme» es una invitación para que seamos fieles, y aunque muchas veces NO VEAMOS BIEN CON NUESTROS OJOS y nos invada la duda y la incertidumbre, tengamos claro que Él seguirá a nuestro lado.

En la sociedad que vivimos hoy tenemos una crisis grave en casi todos los ámbitos, también en el religioso, y es ahí donde los cristianos tenemos que dar testimonio, como hicieron las primeras comunidades, compartiendo nuestro tiempo, nuestros bienes y nuestra fe. Debemos ser una iglesia cercana, abierta y acogedora; donde al echar las redes estas se llenen de personas deseosas de escuchar a Jesús diciendo: «Sígueme» y todos, sin dudarlo, dejemos lo que estamos haciendo para seguirle.