lunes, 23 de mayo de 2016

EVANGELI DEL DIUMENGE DE 
LA SANTÍSSIMA TRINITAT
A todos nos resulta muy difícil entender este misterio y para nosotros sigue siendo un misterio de difícil comprensión. Para Jesús, en cambio, es algo tan sencillo como llamar a Dios «Padre». Un padre acogedor, cercano, que es todo bondad y ternura. Jesús vive en Él la experiencia de Dios como Padre, experiencia que hace testimonio con su propia vida. Él se siente Hijo de Dios  y sabe que tiene que colaborar en el proyecto  para que la humanidad sea renovada. Una humanidad en la que se viva la justicia, el amor y la paz. En definitiva un mundo donde el amor de Dios se palpe en todas las personas. Y nosotros, ¿cómo colaboramos para renovar esta sociedad en la que reina la injusticia y la desigualdad?