martes, 28 de febrero de 2017

Como cristianos nuestra principal tarea debe ser la equidad, la justicia, el amor y que todos tengamos lo necesario para una vida digna. Es difícil, pero no imposible, salir de esta corriente que sólo busca el bienestar de unos cuantos y la desesperanza y miseria de una gran mayoría. Para ello, tenemos el mejor aliado  la fuerza que emana de Jesús de Nazaret. Ésta debe despertarnos del letargo en el que estamos metidos y no dejarnos llevar por la corriente de comprar aunque no necesitemos; de tirar la comida mientras otros no tienen nada que llevarse a la boca; hacer grandes celebraciones mientas hay hermanos que no pueden pagar la luz, el gas, el agua, la vivienda, etc. El evangelio nos llama. ¡Despertad! Qué el hermano se muere mientras tú miras hacia otro sitio. De esta forma no construimos el Reino de Dios, sino que apoyamos las injusticias.