martes, 13 de junio de 2017

La presencia de Jesús en el pan y el vino nos debe animar a hacer de este sacramento un signo de vida que nos recuerde permanentemente que el Reino es como un banquete donde se comparte, se convive como hermanos, nos acogemos unos a otros, nos alimentamos de Dios y aceptamos su proyecto... En contra de este día no están las circunstancias sociales, políticas o meteorológicas, sino quienes relegan la eucaristía al templo y no sacan a Jesús, hecho de nuevo pan que se parte y vino que se reparte por amor, a la vida, a las calles de nuestras ciudades, al trabajo cotidiano.


Y para acabar nuestra oración y antes de rezar todos juntos la oración que Jesús nos enseñó, la pregunta de hoy es: ¿Cómo nos hacemos pan y nos repartimos para los demás? 

San Marcelino Champagnat, ruega por nosotros.
Mare de Déu de la Salut, la nostra bona mare, prega per nosaltres.