Como hemos visto en el vídeo, ay cosas que ocurren en
nuestro mundo, a nuestro alrededor que no pueden quedarse como están. Tenemos
que mojarnos y ponernos ayudar a aquellos que más lo necesitan. Tenemos
que iluminar nuestro mundo desde la solidaridad. Y en esto podemos aprender mucho
de Marcelino. Escuchemos ahora una historia de su vida:
En una de las visitas a sus
parroquianos, Marcelino se encontró con un enfermo lleno de úlceras. Cubierto
de harapos, estaba acostado en un pobre catre.
Marcelino corrió a casa y mandó
al hermano administrador que le llevara un jergón, sábanas y mantas.
El hermano le informó:
—No hay un solo jergón libre.
—¡Cómo!, ¿ni uno? —insistió Marcelino.
—El último lo di hace unos días. Marcelino no lo
pensó dos veces:
—Vaya corriendo a coger el de mi cama y lléveselo
ahora mismo a ese pobre enfermo.
Dedica un tiempo
tranquilo a pensar:
-
¿Qué situaciones de necesidad ves a tu alrededor?
-
¿Qué haces frente a ellas? ¿Cómo las puedes iluminar?
-
¿Qué puede removerse en ti para que algo cambie,
como hizo Marcelino en esa ocasión?
Acabamos la oración rezando el Padre Nuestro.