1. Párate
En un momento de silencio, respira tranquilamente y
olvídate de todo lo demás. Hazte consciente de tus propios sonidos. Eres tú. Es
ahora… Dios está aquí. Salúdalo.
2. Déjate iluminar
Hoy
nos centramos en lo que nos decía Marcelino sobre la cuaresma. Esta imagen
también la tenemos en nuestro cartel de Cuaresmate. Es Marcelino que se
encuentra en el brazo superior de la cruz. Su ejemplo de vida nos acerca un
poquito más a Dios. Veamos que decía Marcelino sobre la cuaresma...
Un año, cuando la
Cuaresma estaba a punto de empezar, todos pensaban en ayunar y hacer
penitencia. También los Hermanos más jóvenes.
Éstos nombraron seis
delegados para ir al cuarto de Marcelino y pedirle permiso para hacer duras
penitencias cuaresmales. Eso fue lo que le dijo el mayor de los delegados que no
tenía todavía dieciséis años. Pero Marcelino los mandó cenar bien aquella
noche y les prometió una contestación en la charla del día siguiente.
Efectivamente, en la «enseñanza» de la mañana siguiente, les explicó “el ayuno
que le gusta a Dios”:
- Hay que hacer ayunar a los ojos. Hay que mirar hacia adentro. Hay que ser profundos y no perderse en superficialidades.
- Hay que hacer ayunar a la lengua. Hay que hablar más con Dios y buscar las palabras auténticas que nos ponen en contacto con los demás, dejando sin alimento las palabras vacías y sobre todo a las palabras ofensivas.
- Hay que hacer ayunar a los defectos, al egoísmo, a los caprichos. Hay que dejar que se vaya quedando sin fuerzas nuestra pereza, nuestra tristeza, nuestro orgullo.
- Y, finalmente, hay que tomar mucho alimento en nuestro corazón y en nuestro espíritu. Hay que rezar con fe y con fervor. Hay que participar en la eucaristía. Hay que abrir el corazón a los pobres. Hay que ayudar mucho a la gente que lo necesita.
Después de explicar así
el ayuno de la Cuaresma, Marcelino animó a los jóvenes a hacerlo con todo su
entusiasmo y también les permitió ayunar corporalmente los viernes a pesar de
que por su edad no tenían obligación de hacerlo.
3. Remuévete
Mirar hacia dentro,
evitar palabras ofensivas, eliminar lo que no nos ayuda y alimentar nuestro
corazón. Una gran receta de Marcelino. ¿Puedo intentar algo de esto durante
este día, durante esta semana?