1. Párate
En un momento de silencio, respira tranquilamente y
olvídate de todo lo demás. Hazte consciente de tus propios sonidos. Eres tú. Es
ahora… Dios está aquí. Salúdalo.
2. Déjate iluminar
Siempre
hay momentos más complicados para nosotros y para los demás. Hay motivos que
hacen que nos vengamos a bajo. Sin embargo, siempre tenemos a Dios con
nosotros, él puede ser nuestra luz. Rezamos con la siguiente canción:
3. Remuévete
¿Qué personas son luz para mí en los
momentos más complicados?
Doy gracias a Dios por esas personas y por
su presencia en ellas.
4.
Comparte
Invitamos
a dar gracias por esas personas.
3.
En sus manos
Rezamos
juntos:
Gracias
Padre por ser luz, por hacerte presente en mi vida en los momento buenos, pero
también en los complicados a través de muchas personas que me quieren y me
cuidan. Gracias Padre.