Estamos acostumbrados a ganar, a ser los vencedores; es más, muchas veces nos gusta ganar y humillar al que ha perdido. Esta actitud solo lleva al odio, a la enemistad, al enfrentamiento... Hoy queremos presentaros el club de perdedores, los que dan la vida por los demás, los que son felices de verdad. Este club es un club "de perdedores", de seguidores de un Dios que elige caminos que los hombres, a veces, no entendemos.
Finalizamos nuestra oración rezando:
Padre Nuestro...
San Marcelino Champagnat, ruega por nosotros.
Mare de Déu de la Salut, ruega por nosotros.