miércoles, 24 de octubre de 2018

Ser cristiano es vivir al servicio de los demás

Hay muchos que sólo se sienten bien cuando se sienten poderosos, cuando los demás les rodean llenos de admiración y envidia. Se creen muy seguros. Tienen poder y dinero. Y piensan que no les hace falta nada más en la vida. Algunos también creen que la Iglesia debería ser igualmente poderosa. Así, piensan, sería mas respetada y más personas creerían en Jesús y entrarían a formar parte de ella.   
Me atrevería a decir que se equivocan totalmente. En el Evangelio de este pasado domingo, Jesús nos decía: Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.
La vida cristiana se juega en el día a día. En casa, con la familia, y en la calle, con los amigos y los compañeros de tareas. Yo no puedo ser "cristiano" sin los otros, sin los demás. Por eso debo preguntarme, antes o después, ¿me importan los demás? ¿Estoy dispuesto a hacer algo bueno, noble, que me sea costoso, por los demás? Jesús entendió su vida como "entrega por los demás". Este es el camino de los discípulos.


Finalizamos nuestra oración rezando:

Padre Nuestro...
San Marcelino Champagnat, ruega por nosotros.
Mare de Déu de la Salut, ruega por nosotros.