jueves, 14 de noviembre de 2013

Parábola del sembrador



Salió muy temprano un sembrador
tirando semillas en derredor.
Estaba la tierra sedienta de amor y
el surco esperando el precioso don.

///Qué ilusión/// que tenía el sembrador.
Él quería ver crecer la flor y después
el fruto madurando al sol.


Pero el grano que cayó a la orilla
del camino tuvo un muy triste destino
un gorrión se lo comió.
Otras semillas fueron a dar a las
duras piedras de un pedregal.
Allí a la sombra pudieron brotar
y estas si parecían que podían triunfar.

Qué ilusión...
Pero cuando el sol salió
esas plantas se secaron
sin raíz no soportaron el calor de la aflicción.
Más aún quedan granos en un lugar
donde hay abrojos sin arrancar
allí las semillas pudieron brotar
esta vez parece que fruto darán.
Qué ilusión...
Pero al poco de brotar
estas plantas se murieron
Los abrojos las cubrieron con su manto vegetal
Cuando ya parecía que no había más
semillas dispuestas a germinar.
Unas hojas verdes se vieron brotar
en la tierra más fértil de aquel lugar.

Qué ilusión...
Con profunda raíz estas plantas germinaron
Y con su verdor pintaron aquel suelo cual tapiz.
Como premio decoró a esa tierra generosa
surgen flores tan hermosas que deslumbra su esplendor.
Y esta bella historia no acaba aquí
lo mejor todavía lo tienes que oír
Pues salieron frutos por cientos o mil
y aquel sembrador cosechó muy feliz