Cuando
Marcelino murió, un hermano escribió su biografía para que todos recordasen su
vida y tomasen buen ejemplo. Con el afecto que le tenía, a veces se pasó un
poco, mostrando una imagen demasiado angelical
de él. Un cura, compañero de Marcelino, escribió al hermano una carta con estas palabras:
Querido hermano, la gente del pueblo de Marcelino aún recuerda sus gamberradas y travesuras cuando era
niño. Incluso cuando fue al seminario, en los primeros años era un chico muy
superficial, como la mayoría de los chicos de su edad. Ya sabe usted que durante los dos primeros cursos formó
parte de