¡Ser un instante luz, sólo un instante!
Sopla y enciéndeme, Señor, cual árbol
resplandeciente entre la noche oscura,
Mira mis verdes que se extienden largos,
mira mis ramas de quejidos: crecen
en la noche, tu fresca luz buscando.
Sopla y enciéndeme, Señor, cual árbol
resplandeciente entre la noche oscura,
Mira mis verdes que se extienden largos,
mira mis ramas de quejidos: crecen
en la noche, tu fresca luz buscando.
Señor, posa tu caricia
en mis cabellos, de la tierra, amargos,
y deja un surco luminoso en ellos,
un reguero de cielo dulce y largo.
en mis cabellos, de la tierra, amargos,
y deja un surco luminoso en ellos,
un reguero de cielo dulce y largo.
UNA
PROPUESTA: Sal de las tinieblas, de lo
oscuro y de aquello que te nubla… Deja atrás la seguridad del valle y emprende
sin miedo la subida al monte, porque arriba te espera la luz. Renuncia incluso
a tu idea hecha sobre Dios y a lo que crees que es pérdida o ganancia, ábrete a
la novedad absoluta de Jesús y de su Evangelio.