martes, 1 de abril de 2014

TÚ SÍ QUE VALES



Resulta sorprendente es que sea el barro el medio empleado por Jesús para hacer su obra de devolver la vista al ciego y para manifestarse él mismo como luz: el barro es precisamente algo opaco y oscuro, pero lo usa como instrumento para que el ciego recupere la vista y para que la luz vuelva a sus ojos.
El Nuevo Testamento acentúa desde su comienzo los medios tan poco "convenientes" que van a caracterizar las acciones de Dios y del propio Jesús: desperdiciar treinta años trabajando oscuramente en un pueblo perdido y, a la hora de aparecer en público, mezclarse con la gentuza para bautizarse en el Jordán; como predicadores de su evangelio elegirá a gente entendida solamente en barcas, peces o impuestos.
Quizás te parezcan métodos iNadecuados, e incluso un poco iNútiles, pero esa es la lógica de Jesús: los más torpes, los primeros. Lo que no tiene utilidad para la sociedad del consumo, lo central. Y a los que no ganan ningún concurso les dice “Tú si que vales, y tú también, y tú...“. Porque Él usa una medicina diferente al paracetamol, y te echa una mano desde dentro, desde la oración y desde la misericordia. Y desde ahí, también a ti te dice que Tú sí que vales, sin que tengas que demostrar nada ni necesites los votos de la gente. Así, como ya eres, Tú sí que vales.