En ocasiones nos sentimos angustiados, con ira, rabia, superados por nuestras emociones... en esos momentos es fundamental parar, olvidarse de todo, respirar, ponerse en manos del Señor y volver a empezar.
En la oración de hoy le pedimos a Dios que nos enseñe a controlar nuestras emociones, especialmente las negativas que nos impulsan a perjudicar a otros. Convirtámonos en personas de alegría, paz y bondad.