Reflexión:
Esta es la misión del precursor, ser el hombre que va
delante del Señor, que prepara sus caminos y que anuncia el gran don que es el
perdón de los pecados. Lo que hace grande a Juan es que la misión que Dios le
propone, él la lleva a cabo.
También en cada uno de nosotros se realiza una misión
semejante. En cierto sentido, cada uno de nosotros es un precursor, es un
hombre o una mujer que va delante en el camino. Todos estamos llamados, al
igual que Juan Bautista, a realizar, a llevar a cabo nuestra misión. Plantéate:
¿Hasta
qué punto valoramos la misión que se nos encomienda?
¿Cómo
va a llegar Jesús si no hay nadie que lo proclame, si no hay nadie que vaya
delante de Él?