Hacer felices a los demás es partir de gestos sencillos y
cotidianos. Ahí está la magia de la solidaridad, en darse cuenta de una
necesidad y ayudar a esa persona a superarla.
¿Qué estás dispuesto a hacer tú por los demás?
Piensa en una
acción solidaria que puedas hacer en el día de hoy.