martes, 14 de febrero de 2017


Descubrir a Dios es amar a los demás aunque tengan otras ideologías, otras confesiones o etnias distintas. Todos tenemos la gran tarea, seamos cristianos o no, de trabajar por un mundo más justo, cercano y humano. Como Iglesia para ser creíbles debemos de desterrar la imposición, los enfrentamientos y sobre todo apoyar a los más olvidados de la sociedad del bienestar. Eso es «vivir la alegría del Evangelio».