El mundo no es un paraíso. El hambre, el abuso, la
pobreza, la contaminación y la violencia son muy comunes. El mundo nunca
ha sido ni será perfecto, ¡pero eso significa que hay mucho espacio
para mejorar! Con nuestra oración y nuestras acciones diarias y teniendo a Dios en el centro de nuestra vida, podemos ayudar a crear un mundo mejor para el futuro. Y no
es tan difícil como pensamos.
Y finalizamos nuestra oración de la mañana:
Padre Nuestro...
San Marcelino Champagnat.
Mare de Déu la Salut.