Adviento. Lunes 18 de diciembre.
MUÉVEME – MUEVENOS
Ahora sí que sí. Estamos ya en la última semana de
Adviento. El domingo celebraremos el nacimiento de Jesús. Es tiempo, entonces
de centrarnos en él, de pedirle a él que nos mueva, que me mueva, que lo que
vamos a celebrar tenga el mayor de los sentidos posibles. Por eso empezamos diciéndole cada uno en
silencio, Dios mío, muéveME.
Texto evangélico
Del Evangelio de Lucas 2, 6-20:
“Estando ellos allí, le llegó la hora del parto y dio a luz a su hijo
primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían
encontrado sitio en la posada. Había unos pastores en la zona que velaban por
turnos los rebaños a la intemperie. Un ángel del Señor se les presentó... y les
dijo: - No temáis. Mirad, os doy una Buena Noticia, una gran alegría para todo
el pueblo: Hoy os ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el Mesías y
Señor. Esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y
acostado en un pesebre. Al instante se juntó al ángel una multitud del ejército
celeste, que alababan a Dios diciendo: - ¡Gloria a Dios en lo alto y en la
tierra paz a los hombres que él ama! Cuando los ángeles se marcharon al cielo,
los pastores se decían: - Crucemos hacia Belén, a ver lo que ha sucedido y nos
ha comunicado el Señor. Fueron aprisa y encontraron a María, a José y al niño
acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les habían dicho del
niño. Y todos los que lo oyeron se asombraban de lo que contaban los pastores.
Pero María lo conservaba y meditaba todo en su corazón. Los pastores se
volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto;
tal como se lo habían anunciado.”
Para reflexionar y compartir
Los pastores tienen
que moverse para ver a Jesús junto a sus padres. Si se hubieran quedado allí
donde estaban, no lo hubieran visto. Ponerse en movimiento les lleva a Él.
Y es que hay
movimientos que nos acercan a Dios y otros que nos alejan de Él.
Basta preguntarse: ¿te
mueves en tu día a día por tu propio interés, gusto, bienestar, comodidad…? ¿o
tienen algún lugar en tus decisiones los demás, el estilo de vida de Jesús? O
como nos decían de pequeños: ¿qué haría Jesús hoy en tu lugar ante el día que
te espera, ante esta última semana del trimestre?
Piénsalo en un
momento. Qué vas a vivir esta semana, con quién, cómo… ¿Actuaría Jesús igual
que tú? Cuéntaselo.
Ahora podemos compartir qué haría Jesús en esta mañana del último lunes del
trimestre si estuviera sentado en una silla de nuestra clase.
Oración
Jesús, ayúdanos a
movernos hacia ti.
Que cada día vivamos la Navidad,
que cada día vivamos que tú te has hecho presente
en nuestro mundo y en nuestra historia,
en las personas
que nos rodean
y, especialmente en los que más nos necesitan.
Ayúdanos
a tenerte presente
para que tú seas quien nos muevas.